Lunes 11 de febrero.... 12.32 horas ... suena mi celular, y la voz de robot me dice: Nat-cho Pe-rei-ra ... el Nacho... el guitarrista de mi banda ... su voz era opaca: "Hola ... tengo una mala noticia..." Siempre que te dicen eso, y con ése tono de voz, es porque pasó algo malo realmente ... lo imaginé ... "No me digas que... " (le digo yo) ... "Si" ... me contesta ... no quería creerlo, no lo podía creer, pero Nacho no me estaba jodiendo...
Calle 27
En 1985, con mi primer teclado electrónico, un Yamaha PS 55, empecé a maquetear, y a hacer un nuevo proyecto, ya una banda: Erróneus & Los Desauciados Mentales, en plena época de bandas como Los Estómagos, Los Tontos (mi referencia, sobre todo a nivel de temáticas) y otras tantas, del resurgimiento del rock, de un nuevo rock uruguayo en los 80s. El "Erróneus" era por un bajista que había tocado con Zappa en los 70s.
Mis "hits" de ése entonces eran canciones con títulos como "Ella intenta seducirme", "La Monja Caliente", y "Porquerías", ésta última, con una temática que he continuado hasta hoy, en diferentes canciones: la mugre mediática. Nunca llegamos a tocar en vivo, solamente ensayos, y un par de maquetas.
Escapa de mi memoria cuándo ni cómo nos volvimos a cruzar con Alvaro y a hablar de música. El tenía un proyecto llamado Calle 27. Calle 27, por la intersección de dos calles de Minas: 25 de Mayo, y Enrique Ladó. 25 y Ladó: la esquina de los barrios bajos de Minas, zona de burdeles, los populares "quilombos" ...
Como yo tenía experiencia en grabar maquetas, concretamos para maquetear su banda, y la de otros amigos, los S.O.S. en marzo de 1988.
De izquierda a derecha: Erián Rodríguez, Andrés, Alvaro Tellechea, Ernesto Cesar, Daniel Ríos, Jorge Acosta y Miguel Barreiro (bajista de Calle 27, y luego de Rosas Negras). Abajo: Rafael Rodríguez a la batería (que formaba S.O.S. junto a Cesar, Ríos y Acosta). Foto tomada en marzo de 1988.
Tanto Calle 27 como S.O.S., tocaron muchas veces en vivo, hasta que Calle 27, se disolvió en 1991, cuando su bajista, Miguel Barreiro se fue a estudiar a la Escuela Agraria de Flores.
Por aquellos años, yo estaba casado, viviendo en otra ciudad y desvinculado del rock minuano.
Calle 27 en 1988, Velódromo de Mercedes: Miguel Barreirio (bajo), Gerardo Villar (teclados), Erián Rodríguez (batería) y Alvaro Tellechea (voz, guitarra)
Rosas Negras
Una noche de domingo de marzo, en el callejón de la Plaza Libertad, tocan dos bandas locales: The Houdies (con un sonido claramente beatlesco), en la que tocaba el baterista Diego Munúa; Restos, y cerrando la noche, Níquel.
Tanto S.O.S, como Calle 27 se habían disuelto. Esa noche, viendo la actuación de la banda The Houdies, Alvaro y Miguel se fijan en Diego como baterista.
De las cenizas de S.O.S. (Ernesto Cesar, Rafael Rodríguez, Jorge Acosta y Daniel Ríos), surge Crack, sin Ernesto, y con Daniel como cantante. Durante un año, más o menos, fui tecladista de Crack.
Por otro lado, Tellechea (guitarra y voz), Barreiro (bajo) y Munúa (batería) forman Rosas Negras, participando además Ernesto Cesar, quien estaría ocupando el puesto de tecladista hasta principios de 1993.
Con sus primeras canciones que luego formarían parte de su primer disco, alternando con canciones de rock argentino de ése momento (Charly, Ratones Paranoicos, Redondos) Rosas Negras actúan en Minas, Solís y la costa, con gran respuesta del público.
A la vez, graban su primer demo, en el recordado estudio de La Batuta (Palacio Salvo, Montevideo) de Sangre y Amor.
A mediados de 1993, Alvaro me llama para integrar Rosas Negras.
Fue un gran momento para mí, deseaba tocar con él y en la banda. Sonaban muy bien, todos muy buenos músicos, y tenían buenas canciones.
En abril, mayo, hubo un concurso de bandas en Montevideo, el Concurso LP, organizado por la sala de ensayo del mismo nombre. Usamos toda la tecnología musical que teníamos a mano en ése momento, éramos prácticamente la única banda de rock que usaba secuenciadores, cajas de ritmo, y disparábamos efectos sampleados. Ganamos el concurso, a pesar de que había bandas con gente muy virtuosa. El premio era la grabación de un disco, a editarse por el sello Perro Andaluz.
Vino la alegría de haber ganado un concurso, los festejos en forma de toques, notas de la prensa, tanto local como de Montevideo, el reconocimiento del departamento de Cultura de la Intendencia Municipal de Lavalleja, y más toques: Minas, Solís, Treinta y Tres, Melo, José Pedro Varela, Montevideo ...
Y al estudio, a La Batuta, con Daniel Báez. El disco fue grabado entre febrero y mayo de 1994.
Fue también el momento en el que pude apreciar al Alvaro compositor y arreglador. Un tipo muy minucioso que sabía exactamente qué quería y qué le pedía cada canción. Muy minucioso -insisto- por sobre todas las cosas, buscando el arreglo perfecto siempre, el timbre adecuado. Pasábamos horas buscando sonidos de teclados, ruiditos en la tarjetas de efectos del teclado, secuenciando. Un montón de arreglos de teclados los hizo e incluso los tocó el. Los grabábamos en el secuenciador. Yo me encargué de mis solos (Carrousel rock y Danza Primitiva) y de las partes rítmicas de los pianos y los órganos. El toque de clavinet de Danza Primitiva fue creado por Alvaro, frontman e ideólogo absoluto de la banda.
Pero cuando estábamos grabando, sentí que Rosas Negras no era mi proyecto, que mi música y mis ideas musicales iban por otro lado, que estaba por fuera. No tenía la participación que hubiese querido tanto como compositor o arreglador. La cosa iba por otro lado, que no era el mío.
Ser parte de una "banda de rock" es como estar en un matrimonio... hay amor, pasión, odio, infidelidades, alegrías, mentiras, verdades, celos, borracheras de todo tipo, gozadera... emociones diversas. No es lo mismo que tocar covers (de lo que sea) para divertirse y "hacer unos mangos" ... es otra cosa.
De acuerdo a las ideas que tenía en la cabeza, decidí en agosto del '94, hacer una banda conceptualmente diferente, con otro hilo conductor, en el que pudiese desarrollar mis proyectos musicales, y los de la gente que estuviese en el proyecto afín. Convoqué a Fabián Guerra en bajo y voz, ex-The Houdies, y a Rafael Rodríguez, ex-S.O.S. e integrante de Crack en batería. Así nació Zappallitos (clara alusión a Frank Zappa, por sobre todas las cosas, una idea que no se atase ni a modas, ni a estilos). Yo, a los teclados.
Separarse de una "banda de rock", es como dejar a la novia, con la que al principio estaba todo bien, te gustaba, pero a la larga, no era el tipo de mujer con la que querías estar. Las separaciones traen muchas veces enojos, distanciamientos, rencores ... Y fue lo que pasó, para qué negarlo. Me fui de Rosas Negras en octubre del '94, a dedicarme de lleno a los Zappallitos, hasta su disolución en 1999. Pero, los Zappallos, serán parte de otra entrada en mi blog. Ya les llegará su turno.
Finalmente, el disco, Danza Primitiva, se editó en 1995, conmigo ya alejado de la banda. Por esa razón, en los créditos, figuro con mi seudónimo de mis comienzos a mediados de los 80s.: Erróneus, y la banda se perfila como trío.
En 1997, con Alvaro nos reconciliamos, y ambas bandas compartieron conciertos conjuntamente, tanto presentaciones en Minas, como en Montevideo, alternándonos como invitados (Alvaro en Zappallitos, y yo en Rosas Negras) y, por sobre todas las cosas, disfrutando mucho el tocar juntos. Si bien, Rosas Negras tenía otro tecladista (Guillermo Bringa), éste se va de la banda para poder cumplir con otros compromisos laborales, y regreso en 1998. Pero regresé con otra cabeza, dado que para componer y presentar mis canciones, ya tenía otro proyecto.
En el medio de todo ésto, en 1997 había surgido el proyecto de "Los Supositorios". una megabanda de Villa Serrana, en un principio, todos los integrantes de Rosas Negras más dos Zappallitos, musicalizando libretos de Fabián "Pato" López... el último hippie. Los Supositorios (porque por algún lado hay que entrarle a la gente) grabaron un disco, en Villa Serrana, La Garra Celeste (Sky Blue Talon), bastante difícil de conseguir hoy, dado que ni por internet se puede rastrear.
Participé hasta 1999 en Rosas Negras y Los Supositorios, decidiendo enfocarme en mis propios proyectos a partir de ése entonces.
Un disco excelente, para mi gusto, con muy buenas canciones, que nunca llegó a editarse.
Hasta la fecha, siguieron varias presentaciones de Rosas Negras, ya como Rosasnegrass. El cambio en la escritura, se debió a que había algunas bandas que ya usaban también ese nombre. También, la nueva forma de escribirlo, es un guiño al blue grass. Vinieron presentaciones diversas en cuanto escenario hubo en Minas, en cuanto pub, tanto en formato eléctrico como acústico. Alvaro, a la vez, alternó en 2008-2009 como guitarrista de la banda de Rossana Taddei.
En 2009, tuvo la idea de reunir a todos los músicos que 20 años atrás empezamos la movida del rock en Minas. Tres ediciones, en las que, volvió a sonar Calle 27, S.O.S., Crack, 4 Historias, casi todas las bandas de los 80s y 90s, en una fiesta muy íntima, solo para los involucrados y allegados, que se llamó: "Minas Rock 20 años después"
Todos los "hits" de aquellos días. No faltaron esa noche versiones de temas de Los Traidores y Los Estómagos.
La nueva formación de Rosasnegrass, incluía 2 baterias (Diego Munúa y Rafa Rodríguez), y el regreso del bajista original Miguel Barreiro (ausente durante la década del 2000, puesto que fue ocupado por Gerardo Alonso).
Pero me entero de que Alvaro, al principio de la semana, lo habían internado... tenía cáncer ... y la mano no venía bien. Mucha tristeza. Con mi banda, a modo de enviarle fuerza en tan jodido momento, hicimos una versión de Fábula Veloz, a la que se nos unió Daniel Ríos, de Crack a cantarla conmigo y con Nacho.
Logré hablar con Alvaro telefónicamente dos o tres veces, luego de ésto. La enfermedad es jodida, y no siempre se tienen ganas de ver gente o hablar con ella. Yo pasé por lo mismo. Llamé muchas veces al fijo de su casa, para saber a través de Ana Laura, su esposa cómo estaba. Y todos, la barra de amigos de Minas, la barra del rock, esperábamos verlo volver y participar de un nuevo toque de Rosasnegrass, tocando juntos como en los mejores tiempos.
Me quedan imborrales charlas de boliches, cerveza de por medio, los ensayos en el altillo de la calle Ituzaingó, con el infaltable mate, los viajes a Buenos Aires a ver a Soda Stereo y U2, los chistes acerca de nosotros mismos, las tomadas de pelo entre la banda, las horas interminables hablando de música y la risa de Alvaro, alegre y contagiosa...
Finalmente, el 11 de febrero, partió de gira, Eternal Tour, mi amigo, mi hermano en música. Con sus guitarras, sus canciones, sus imprescindibles pedales de delay, se ha ido a cantar para otras audiencias.
Pero cuando estábamos grabando, sentí que Rosas Negras no era mi proyecto, que mi música y mis ideas musicales iban por otro lado, que estaba por fuera. No tenía la participación que hubiese querido tanto como compositor o arreglador. La cosa iba por otro lado, que no era el mío.
Ser parte de una "banda de rock" es como estar en un matrimonio... hay amor, pasión, odio, infidelidades, alegrías, mentiras, verdades, celos, borracheras de todo tipo, gozadera... emociones diversas. No es lo mismo que tocar covers (de lo que sea) para divertirse y "hacer unos mangos" ... es otra cosa.
De acuerdo a las ideas que tenía en la cabeza, decidí en agosto del '94, hacer una banda conceptualmente diferente, con otro hilo conductor, en el que pudiese desarrollar mis proyectos musicales, y los de la gente que estuviese en el proyecto afín. Convoqué a Fabián Guerra en bajo y voz, ex-The Houdies, y a Rafael Rodríguez, ex-S.O.S. e integrante de Crack en batería. Así nació Zappallitos (clara alusión a Frank Zappa, por sobre todas las cosas, una idea que no se atase ni a modas, ni a estilos). Yo, a los teclados.
Separarse de una "banda de rock", es como dejar a la novia, con la que al principio estaba todo bien, te gustaba, pero a la larga, no era el tipo de mujer con la que querías estar. Las separaciones traen muchas veces enojos, distanciamientos, rencores ... Y fue lo que pasó, para qué negarlo. Me fui de Rosas Negras en octubre del '94, a dedicarme de lleno a los Zappallitos, hasta su disolución en 1999. Pero, los Zappallos, serán parte de otra entrada en mi blog. Ya les llegará su turno.
Finalmente, el disco, Danza Primitiva, se editó en 1995, conmigo ya alejado de la banda. Por esa razón, en los créditos, figuro con mi seudónimo de mis comienzos a mediados de los 80s.: Erróneus, y la banda se perfila como trío.
En 1997, con Alvaro nos reconciliamos, y ambas bandas compartieron conciertos conjuntamente, tanto presentaciones en Minas, como en Montevideo, alternándonos como invitados (Alvaro en Zappallitos, y yo en Rosas Negras) y, por sobre todas las cosas, disfrutando mucho el tocar juntos. Si bien, Rosas Negras tenía otro tecladista (Guillermo Bringa), éste se va de la banda para poder cumplir con otros compromisos laborales, y regreso en 1998. Pero regresé con otra cabeza, dado que para componer y presentar mis canciones, ya tenía otro proyecto.
En el medio de todo ésto, en 1997 había surgido el proyecto de "Los Supositorios". una megabanda de Villa Serrana, en un principio, todos los integrantes de Rosas Negras más dos Zappallitos, musicalizando libretos de Fabián "Pato" López... el último hippie. Los Supositorios (porque por algún lado hay que entrarle a la gente) grabaron un disco, en Villa Serrana, La Garra Celeste (Sky Blue Talon), bastante difícil de conseguir hoy, dado que ni por internet se puede rastrear.
Participé hasta 1999 en Rosas Negras y Los Supositorios, decidiendo enfocarme en mis propios proyectos a partir de ése entonces.
Rosasnegrass
Entre 1999 y 2000, Rosas Negras grabó su 2do. disco, en mi estudio de Minas, el Estudio Z, ya como trío nuevamente.Un disco excelente, para mi gusto, con muy buenas canciones, que nunca llegó a editarse.
Hasta la fecha, siguieron varias presentaciones de Rosas Negras, ya como Rosasnegrass. El cambio en la escritura, se debió a que había algunas bandas que ya usaban también ese nombre. También, la nueva forma de escribirlo, es un guiño al blue grass. Vinieron presentaciones diversas en cuanto escenario hubo en Minas, en cuanto pub, tanto en formato eléctrico como acústico. Alvaro, a la vez, alternó en 2008-2009 como guitarrista de la banda de Rossana Taddei.
En 2009, tuvo la idea de reunir a todos los músicos que 20 años atrás empezamos la movida del rock en Minas. Tres ediciones, en las que, volvió a sonar Calle 27, S.O.S., Crack, 4 Historias, casi todas las bandas de los 80s y 90s, en una fiesta muy íntima, solo para los involucrados y allegados, que se llamó: "Minas Rock 20 años después"
Todos los "hits" de aquellos días. No faltaron esa noche versiones de temas de Los Traidores y Los Estómagos.
La nueva formación de Rosasnegrass, incluía 2 baterias (Diego Munúa y Rafa Rodríguez), y el regreso del bajista original Miguel Barreiro (ausente durante la década del 2000, puesto que fue ocupado por Gerardo Alonso).
Epílogo
2012, Semana de Lavalleja ... nos presentábamos el mismo día, el 19 de octubre. Tocaba Rosasnegrass, regresaba Crack y yo con mi banda,. Iba a ser una fiesta total, pues teníamos programado, en el medio de las actuaciones de las 3 bandas, hacer un pequeño set, todos juntos, tocando algunos temas de 20 años atrás.Pero me entero de que Alvaro, al principio de la semana, lo habían internado... tenía cáncer ... y la mano no venía bien. Mucha tristeza. Con mi banda, a modo de enviarle fuerza en tan jodido momento, hicimos una versión de Fábula Veloz, a la que se nos unió Daniel Ríos, de Crack a cantarla conmigo y con Nacho.
Logré hablar con Alvaro telefónicamente dos o tres veces, luego de ésto. La enfermedad es jodida, y no siempre se tienen ganas de ver gente o hablar con ella. Yo pasé por lo mismo. Llamé muchas veces al fijo de su casa, para saber a través de Ana Laura, su esposa cómo estaba. Y todos, la barra de amigos de Minas, la barra del rock, esperábamos verlo volver y participar de un nuevo toque de Rosasnegrass, tocando juntos como en los mejores tiempos.
Me quedan imborrales charlas de boliches, cerveza de por medio, los ensayos en el altillo de la calle Ituzaingó, con el infaltable mate, los viajes a Buenos Aires a ver a Soda Stereo y U2, los chistes acerca de nosotros mismos, las tomadas de pelo entre la banda, las horas interminables hablando de música y la risa de Alvaro, alegre y contagiosa...
Finalmente, el 11 de febrero, partió de gira, Eternal Tour, mi amigo, mi hermano en música. Con sus guitarras, sus canciones, sus imprescindibles pedales de delay, se ha ido a cantar para otras audiencias.